```
—¡No puedes hacer esto con nosotros, Jedrek! —Swan rugió y su voz retumbó en el claro. No habría pensado que Jedrek traería tantos refuerzos con él.
¡Las hadas!
¿Cómo en la tierra logró convencer a esas criaturas para que se pusieran de su lado? Las hadas habían estado evitando confrontaciones como esta durante tanto tiempo como él podía recordar y eligieron vivir en seclusión, en su propio pueblo de hadas.
—Oh, sí puedo —Jedrek sonrió con maldad, incluso Lila se sobresaltó un poco cuando notó lo diabólico que se veía en este momento—. Y te mostraré cómo puedo —dijo el rey con calma.
Ya había dado suficientes oportunidades a los hechiceros del aquelarre del norte para recordar su lugar, pero incluso ahora, seguían actuando ignorantes de los posibles peligros que ellos mismos habían provocado al rechazar seguir su orden.