La esperanza tiene dos hermosas hijas; sus nombres son la ira y el coraje. La ira por cómo son las cosas, y el coraje para asegurarse de que no permanezcan como están.
—San Agustín
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Jack llevó a Raine y a Serefina a su nueva residencia, era un edificio de apartamentos de estilo antiguo y ocho pisos con un ligero toque medieval.
En el pasillo de entrada había una gran mesa de recepción con una hermosa señorita recepcionista sentada elegante allí.
Jack se acercó a ella e hizo una breve conversación. Ella se sonrojaba y soltaba una risita al oír lo que fuera que Jack le dijera. Mientras tanto, Serefina estaba demasiado ocupada con su teléfono como para detener a Jack de infundir su encanto a la pobre señorita.