—Envidio la relación entre tú y Torak o la de Esperanza con Kace —Lila suspiró y jugueteaba con sus dedos—. Jedrek y yo... —frunció los labios y no continuó.
—No hay nada que envidiar... los tres tienen sus propias dificultades, al fin y al cabo son bestias —Esperanza encogió los hombros—. Pero, amo a su bestia y estoy segura de que tú también amas a la de tu compañero. Solo pasa que hemos tenido muchas cosas en nuestro camino y no estamos listas para enfrentarlas todas, lo que complica las cosas.
El silencio envolvió a los tres ángeles guardianes, ya que estaban sumidas en sus propios pensamientos y ocupadas recordando todas las cosas por las que habían pasado antes de llegar a este punto de sus vidas.
Raine había pasado por muchas cosas horribles antes de conocer a Torak. Él le mostró amor incondicional y la apreciaba en cada decisión que tomaba. Ni una sola vez Torak alzaría la voz aunque estuviera enojado con ella o Raine lo preocupara hasta la muerte.