Quirón entró en la habitación poco después de que Serefina se fuera, y sus ojos se dirigieron a la bandeja llena de comida para Kace, la cual no había tocado en absoluto.
Sus cascos golpeaban suavemente el suelo mientras se acercaba.
—He oído que volverás a tu reino —comenzó Quirón. Sus ojos cayeron sobre el pálido rostro de Esperanza, la chica aún no había despertado desde aquel día.
El centauro no sabía cómo había llegado aquí, pero aparentemente la bruja llamada Lydia había traído a la chica aquí, y ese hecho por sí solo había provocado la ira de Serefina. Bueno, ella le enseñó una buena lección a su compañera bruja lo primero que hizo al despertarse.
Ahora, envió a Lydia a escoltar a los centauros y la amenazó con que la cazaría si Lydia se atrevía a hacer otra cosa sin su permiso.
La poderosa bruja Serefina era realmente aterradora cuando demostraba lo en serio que tomaba su amenaza. Ni siquiera su viejo amigo fue perdonado.