—¿Cuántas personas? —preguntó Raine a Calleb mientras se acercaba a él con su mochila en las manos.
—¿Unas veinte o treinta? —Calleb no estaba seguro, pero era un número grande para una simple investigación, ¿y por qué habían traído tantas personas con ellos cuando ellos eran las víctimas aquí?
—¿Todos humanos? —Raine preguntó nuevamente. Si todos eran humanos, entonces no podían simplemente matarlos. Los Licántropos recibirían algunos efectos secundarios graves por eso.
—Sí. —Calleb sabía lo que Raine estaba pensando ahora y lo enfatizó—. Todos eran humanos.
El ceño de Raine se frunció más y se mordió el labio inferior, con la esperanza de que no les pasara nada a Torak y a esas personas y que no resultaran ser como las criaturas locas que habían conocido antes. —¿Torak se está reuniendo con ellos ahora?
—No. Torak decidió no aparecer. Eligió permanecer en su forma de bestia, así que ninguno de ellos podrá verlo. —Calleb explicó y esa noticia alivió un poco a Raine.