—Marcos... ¿Qué estás haciendo? Déjame ir... —Sofía le preguntó con incredulidad y molestia en su voz.
Marcos no le respondió. Solo la miraba intensamente mientras agarraba su muñeca con fuerza.
Después de un rato, Marcos la empujó suavemente hasta que su espalda tocó la puerta cerrada. Luego la atrapó usando ambas manos mientras colocaba sus palmas en la puerta.
—Marcos... —Sofía no sabía qué hacer en este momento. Estaba nerviosa. La acción de Marcos le daba miedo.
—¿Qué quieres? —Sofía hizo todo lo posible para parecer valiente, aunque su corazón ya latía muy rápido en su pecho.
—Esa noche... ese fue tu primer beso... ¿verdad? —Marcos finalmente habló. Sus ardientes ojos todavía se centraban en el hermoso rostro de Sofía.
Después de esa noche, Marcos no podía olvidar el beso que habían compartido. La intimidad que tuvieron fue tan real, aunque sabía el hecho de que Sofía estaba bajo la influencia de una droga.