Haldir frunció el ceño mientras la alarma y la confusión deslucían su atractivo aspecto. Se formó un pliegue entre su frente.
—Íleo, ¿estás seguro de que era magia negra? Y no he oído hablar de ningún puente de ese lado excepto el que construiste hace tiempo junto con Kaizan y tu grupo de amigos —Haldir sabía todo sobre las travesuras de Íleo.
—¿Has revisado ese lado de Draoidh últimamente? —preguntó Íleo.
Haldir negó con la cabeza.