Zlu soltó una risita —Espero que sea un animal grande y no solo una ardilla.
Anastasia se rió —Yo también lo espero.
La mirada de Darla se deslizó hacia ella y apretó los dientes —¡Nunca he visto a gente tan ansiosa por encontrar la muerte!
—¡Realmente eres demasiado, Darla! —Anastasia estalló—. ¡Tú eres la que está avivando el fuego! Casi toda lógica dice que el humo va a atraer a los animales, y cuando estamos bromeando al respecto, tú haces comentarios estúpidos. De hecho, eres tú la que parece tener ganas de— Anastasia se interrumpió—. ¿Sabes qué? Solo sírvanle la cena a esta princesa en cuanto esté lista —Se levantó enfadada y caminó hacia donde estaba Íleo, dejando atrás a una Darla con los ojos muy abiertos y la boca abierta. Escuchó a Zlu y Carrick riéndose.
Íleo estaba atando la última cuerda a la estaca. Solo tenían dos tiendas, que se montaron bastante rápido —Escuché lo que le dijiste a Darla —dijo cuando ella se acercó por detrás.