Anastasia hizo un gesto con la cabeza al oír mencionar a Iona.
—¿Quieres decir que ella estuvo prometida con él a esa temprana edad? ¿Esa fue la razón por la que hubo tanta acritud entre esos hombres? ¿Piensan que soy responsable de la abducción de Iona? —Estaba hablando con Guarhal por primera vez sobre ello, pero ya era consciente de que todos lo sabían.
—Murtagh conoce su lugar, Anastasia. Ha luchado en muchas guerras por su rey, pero también sabe dónde se sitúa el príncipe heredero. Íleo tenía muchas ganas de ir a Draoidh contigo, pero esta oposición ha hecho que sus planes vuelvan al punto de partida.
—¿Y ahora yo estoy desequilibrando la ecuación?
—Algo así. —Guarhal se levantó y se dirigió a la ventana. La lluvia seguía golpeando el cristal de la ventana.
Anastasia se estremeció. —No sabía —empezó y luego suspiró—. ¿Y tú, Guarhal? ¿Eres un mago, como Íleo?