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NOTA DEL AUTOR: Si quieren compartir la experiencia que tuve al escribir esta escena, intenten escuchar "Cenizas del Edén" de Breaking Benjamin mientras la leen. Oh, y tal vez quieran traer pañuelos. #LoSientoNoLoSiento
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ELIA
—Por favor… rezaba Elia. ¡Por favor! ¡No dijiste que me salvarías solo para llevártelo a él!
La cueva parecía oscurecerse mientras ella yacía allí, indefensa y sollozando, viendo cómo la vida se escapaba de su vibrante y enorme pareja. Viéndolo de repente reducido a un harapo tembloroso y flácido, negó con la cabeza, incapaz de aceptarlo.
Era demasiado grande. Demasiado fuerte. Demasiado... demasiado Reth. ¡Era aún joven! ¡No podía morir! ¡No así!
Era surrealista. Reth yacía desnudo sobre su espalda, con los brazos ligeramente extendidos a sus costados. Sus enormes pies caían hacia los lados, temblando mientras su cuerpo era sacudido por Aymora, quien montaba su cintura, empujando su pecho con toda su fuerza.