RETH
El mundo se quedó completamente en silencio para los oídos de Reth. No oyó nada más que su propia respiración, su corazón golpeando, retumbando en su cabeza mientras su pareja, su hermosa e imponente pareja, rompía el cuello del lobo y no lo soltaba, cerrándole la tráquea con sus mandíbulas, llevándolo al suelo y luego agachándose sobre él, gruñendo mientras él se retorcía y gemía pero no podía liberarse.
A su alrededor una ola de lobos apareció, aullando y babeando, el ansia de sangre sobre ellos mientras saltaban hacia ella en defensa de su hermano—y Reth no pudo llegar a ella a tiempo. Estaba demasiado atrás, y eran demasiados. Todo en él gritaba contra la muerte que descendía sobre ella y su cachorro, luces chispeaban detrás de sus ojos mientras el terror encendía sus venas.
Se lanzó hacia adelante, desesperado, sabiendo que nunca llegaría a ella antes que ellos.