—Reth gruñó, pero Aymora no bajó el cuchillo que le había apuntado, solo levantó una ceja. —Soy práctica —dijo secamente—. No deseo la muerte para nadie. Pero cuando la muerte de una persona podría salvar las vidas de muchas otras, es una protección válida del pueblo. Y cuando esa persona es alguien que ha demostrado moverse en círculos de maldad... no hay duda en mi mente. Remuévelo de la ciudad como harías con cualquiera de los otros que siguen en la oscuridad.
—Pero él ya no está en la oscuridad, Aymora, ese es mi punto —Reth se levantó de la silla en la que había estado sentado y comenzó a pasearse por el suelo—. Vio la luz y la siguió. Hizo lo correcto. Esperaré para ver qué amenaza se forma por su presencia, si es que hay alguna en absoluto.