—Suhle lo miró por un momento, luego bajó la mirada en señal de sumisión. Pero estaba temblando. ¿De ira o de miedo? Él podía oler ambos en ella.
Reth se suavizó.
—Suhle, te mantendremos a salvo. Me preocupa quienes luchan en la línea de frente. Me preocupa la pérdida de vida de aquellos que deben ayudarnos a parecer como si no estuviéramos al tanto de nuestro enemigo a las puertas. Eso es lo que me pesa. Las posibilidades de que los lobos tomen realmente la Ciudad Árbol son muy pequeñas —y si lo hicieran... no estarías más segura. De hecho, creo que los lobos finalmente cederían a sus instintos más básicos. Dices que ya son indisciplinados y violentos. Imagina si no hubiera control, ninguna fuerza de oposición. No huyas a ellos por miedo al combate aquí. ¡Te mantendré a salvo!
