—Él y Behryn habían hablado en círculos sobre los Osos y qué hacer allí. Al final, Reth aceptó a regañadientes que los exploradores de Avalino buscaran lobos, pero también se enviaría un emisario.
—Estoy bastante seguro de conocer al soldado adecuado, que no provocará a Gawhr, pero tendrá la confianza para hacer las preguntas correctas —dijo Behryn—. Y aún no tiene pareja, así que si las cosas salen mal... —dejó la frase en el aire y Reth gruñó en su garganta.
Era una cruda verdad de la guerra que siempre intentarían poner a aquellos sin parejas o familias en primera línea de fuego. Reth despreciaba la naturaleza desalmada de sus decisiones. Y sin embargo, iban a morir Anima. Donde estuviera bajo su control, procuraría que el menor número posible de otros sufrieran por ello.
Deslizando una mano por su cabello, hizo una mueca de disgusto. A veces gobernar le causaba náuseas.