—Arturo está muerto —le dijo Regan a Evelyn después de haber terminado de darle de comer. Evelyn se quedó completamente quieta como si no creyera lo que él acababa de decir.
Preocupado, Regan le tocó la mano suavemente y la llevó a sus labios para darle un beso ligero.
—¿En qué piensas? —Evelyn salió de su trance y negó con la cabeza.
—No lo sé.
Quizás sea bueno. Pero ella no sentía nada. Había pensado que se sentiría aliviada al escuchar algo así, pero parecía que estaba equivocada.
En realidad, no sentía nada.
Ni felicidad, ni tristeza.
Pero era bueno. Los tipos de poderes que Arturo poseía... podía dañar a alguien con ellos. Así que era bueno que su existencia se hubiera borrado de este mundo.
Sin embargo, unos momentos más tarde, Evelyn se sintió molesta.
Porque se enteró de que Regan tenía que irse de nuevo.
Sin embargo, hizo todo lo posible por no demostrarlo. No quería que él supiera que estaba molesta.