—Sí, íbamos a las tierras arruinadas —no era una pregunta o una petición—. ¡Y quiero que vengas conmigo! Sabía que tenía que ir con él.
Con una sonrisa radiante en su rostro, parecía una rosa completamente florecida.
—¡Oh! Estoy muy emocionada de ver la tierra sobre la que tanto he oído y si tú estás conmigo, ¡no necesito preocuparme por las brujas tampoco! —aunque sabía que estaba actuando, sus ojos centelleaban mientras la miraba sonriente.
Por un segundo siguió mirándola antes de asentir con la cabeza.
—Ya que estás lista, todos partiremos ahora —A pesar del terror en su corazón, asintió con la cabeza fingiendo una sonrisa.
Desde que ya había encontrado a una bruja al entrar en las tierras, estaba claro que muchas otras los atacarían.
Entonces, ¿qué más daba si se quedaba aquí esperando a que atacaran o iba a sus tierras e iniciaba la guerra primero?