—¡Un perro! —Diana se volvió para mirar el rostro de su hermano que tenía una expresión de furia como si fuera a levantarse y estrangular a Hazel en ese momento y sus ojos se abrieron de par en par al darse cuenta finalmente de qué perro estaba hablando Hazel.
—¡Sí, uno fuerte que ladra que nunca puede quedarse callado! —se encogió de hombros mientras miraba a la pareja de hermanos que eran completamente opuestos entre sí.
—¡Mujer loca! ¡Te diré lo que es un perro! —se levantó de un salto para abalanzarse sobre ella. ¡Nunca en su vida había perdido la calma tanto! ¡Esta mujer estaba aquí para volverlo loco!
—¡Fue un error salvarte! ¡Debí haberla animado cuando intentaba matarte! —gruñó mientras se acercaba un paso más pero Hazel solo se burló.
En ese momento estaban solos en el jardín y ella no sabía si Rafael la apoyaría, pero la forma en que él había tratado a Escarlata, ¡su confianza se había reforzado!