—¡Enfréntate a tu miedo y salva a todos de Eva en lugar de huir! —lo miró fijamente a la cara como si esperara buscar alguna vacilación para rechazarlo, pero no encontró ninguna.
Para su sorpresa, él asintió con la cabeza sin ninguna vacilación.
—¿Esperabas esta respuesta? —ella preguntó con una ceja alzada cuando él negó con la cabeza.
—¡No! Pero estaba listo para asentir incluso si me hubieras pedido saltar del acantilado. No importaba lo que hubieras preguntado en primer lugar. Lo que importa es que hay algo en este mundo que puede hacer que me perdones. —los dedos de sus pies se curvaron cuando ella lo miró fijamente a la cara sincera.
Él estaba tan serio que ella no podía cuestionar sus intenciones.
—Entonces... ¿qué...?