Anne sonrió al acercarse. Declan intentó sostener sus manos, pero ella lo apartó de un tirón mientras continuaba hablando y provocando a la multitud.
—Mi señor, usted ha sido amable con nosotros. Fue quien nos ayudó cuando estábamos en apuros y luchó por nuestros derechos desde el principio. ¿Cómo podría ser que alguien más ocupara mejor esta posición? —miró hacia atrás a los demás como si les preguntara si estaban de acuerdo con ella o no, cuando muchos asintieron.
—Sí, usted debería ser quien tome la posición del marqués. Ya tiene esa posición ante el público —dijo el otro y pronto toda la sala comenzó a resonar con su apoyo.
Lucio los miró a todos atónito, pero sus ojos se agitaban con emociones.
—Puesto que mis mayores y mis compañeros desean lo mismo. Entonces... aceptaré con gusto esa posición —toda la sala estalló en aplausos cuando Declan aprovechó la ocasión y arrastró a Anne de vuelta, quien lo miró con enfado.