—Madre, me has pedido esperar. Diciéndome que nuestro tiempo llegaría pronto pero no vi que nada sucediera. Cada plan que habíamos hecho fracasó. Estoy cansándome de ella. ¡Esa bruja! Incluso usó su magia en mí. Me usó como su esclava —el rostro lloroso de Diana habría despertado la simpatía de muchos si no fuera por sus ojos rojos ardientes llenos de odio.
Estaban en el carruaje. Rafael los había invitado a la coronación de su querida esposa. ¡Ja! Preferiría ir y matar a esa chica.
—La última vez que volví, pensé que no necesitaría enfrentarla en el imperio humano sino en el nuestro para poder usar a Venisa para lidiar con ella pero ahora... —miró a su madre con ojos ardientes—. No entiendo por qué me obligas a ir allí —se quejó cuando Escarlata suspiró y finalmente se volvió para mirarla.
Sus ojos carmesí se suavizaron ante la mirada dolorida de su hija.
