Nunca había pensado el hombre que podría ser herido. Albus miró los dolorosos cortes en sus manos y la sensación de ardor que era completamente nueva para él y luego se fijó en la razón de ello.
No podía evitar sentir un profundo odio hacia ella.
—¿Qué demonios quieres de mí? —preguntó ella cuando él dio un paso atrás. ¡No podía ser tan simple como que él la atacara porque ella tenía esa misma energía oscura!
Ni siquiera un hombre fuerte como él podría ser controlado por el duque o por otros nobles.
—Quiero tu vida para poder ser más fuerte. Tus poderes podrían hacerme inmortal —dijo él con naturalidad como si solo estuviera hablando del clima—. Estás desperdiciando tus poderes en cosas menores de todas formas —añadió con un tono tan recto que ella parpadeó.
El hombre estaba más allá de su comprensión, pero al menos estaba lo suficientemente distraído como para no prestar atención a Declan.