—Ya que todos quieren irse con Luhan, no los detendré. Y como bruja, sé que una vez que salgan del edificio, no podré impedirles que abandonen el imperio o desaparezcan entre los humanos —pero aún espero que trabajemos juntos arduamente por el progreso de las brujas más adelante —Todos intercambiaron miradas pero asintieron con la cabeza.
—Entonces no les tomaré más tiempo —dijo ella—. Se levantó y todos en sus rostros se dibujó un gesto de alivio. Se despidieron de ella mientras salían, y ella se quedó de pie cerca del balcón.
—Ellos se irán y se esconderán —Rafael entró por la puerta justo cuando las brujas salían—. Su rostro tenía una expresión suave y preocupada.
Se acercó a ella y la abrazó por detrás mientras besaba la parte descubierta de sus hombros.
—¡Lo sé! No confiaban en mí ni me aceptan como su reina —dijo ella con una voz melancólica mientras miraba a lo lejos—. Su rostro estaba frío y no se podía leer ninguna emoción en él.