```
—¿Estás ahí? —Hazel miró por la ventana donde el hombre que había conocido en la fiesta estaba de pie, mientras Rafael estaba personalmente en la puerta.
—¡Hazel, si no respondes, voy a romper la puerta y entrar! —amenazó él cuando ella no respondió, pero los ojos del extraño hombre la mantenían cautivada.
—Tu compañero ha vuelto a tu pueblo, ¡ha sido llevado por un hombre llamado Albus! —susurró ella entre dientes, pero él fue capaz de escucharla claramente.
Sus ojos parpadearon pero no había sorpresa en ellos. Él siguió mirándola cuando ella levantó una ceja.
—¡Gracias!
—¿Por salvar a la chica? ¿No deberías decir perdón? —preguntó ella en un tono burlón cuando él negó con la cabeza despertando su interés de nuevo.
—Por asegurarme de que he tomado la decisión correcta. —él guiñó un ojo a ella de manera coqueta antes de dejar un beso en el aire y luego volar lejos cuando ella negó con la cabeza, pero una sonrisa se formó en sus labios sin que ella lo supiera.