—¡No se encuentra por ningún lado! —Anne retrocedió a la habitación donde encontró a Hazel sentada en el mismo lugar donde la había dejado en la noche.
—Revisé toda la zona. El hombre no estaba. Debe haberse ido o su familia podría haberlo llevado. La única forma de rastrear a una bruja es a través de su maná y poderes. Pero como está arruinado, no puedo encontrarlo. —Hazel asintió mientras miraba la cara exhausta de Anne.
Ella estaba segura de que la chica había gastado toda su energía buscando a Luciano.
—Julia debe habérselo llevado con ella. Ahora solo puedo rezar para que no presione más al niño. —Anne no sabía por qué sentía que Hazel estaba ocultando más de lo que había dicho.
—¿Quieres salir? Podemos ir de compras al pueblo humano o volar a la cima de la montaña. —Hazel se levantó y estiró su cuerpo.
Chasqueó el dedo y su vestido cambió. Su cabello despeinado formó un pequeño moño con algunos mechones cayendo sobre su rostro.
