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—Incluso si soy un diablo, estoy del lado de la bondad. Así que no tienes que preocuparte por mí —Hazel pudo ver el miedo en los ojos de la anciana bruja que habría enfrentado muchas situaciones de vida y muerte en su vida.
Le dijo que no era una bruja. Bueno, al menos sabía que no era Isabella entonces. Debió haber atrapado recuerdos de Isabella a través del tacto de Rafael. Se habría sumergido en sus recuerdos.
Pero entonces no recordaba haber visto a Rafael en ninguno de sus memorias.
Pero entonces, ¿era realmente un diablo que succionaba la sangre de los humanos y los mataba?
Julia ya había golpeado la pared, sin embargo, estaba tratando de encoger su cuerpo para no llamar su atención como si Hazel fuera un demonio que disfruta lastimando a los demás.
Había visto el mismo miedo en los ojos de los niños esa noche y en los rostros de otros en sus sueños.
