Rafael acababa de salir de su cámara con Alfred siguiéndole, sosteniendo un montón de documentos y guiándolo sobre las acciones necesarias.
—Creo que sería mejor si preguntáramos al otro consejero antes de tomar una decisión —una suave risa escapó de los labios de Rafael como si hubiera escuchado un gran chiste, haciendo suspirar a Alfred.
Ha sido suficiente tiempo desde que había comenzado a entender el significado detrás de las diferentes clases de sonrisas y risitas de su señor que nunca deja de reír de una u otra manera.
—Desde entonces he empezado a tomar consejos y sugerencias de otros, Alfred. Ha sido más que suficiente tiempo desde que trabajas conmigo y aún así me sugieres eso. ¡Estoy asombrado! —Ese fue un comentario sarcástico, Alfred lo sabía, pero no podía dejar el asunto así.
—Pero mi señor… —Antes de que pudiera hablar más, Rafael levantó sus manos al aire y miró hacia su lado izquierdo con una sonrisa en su rostro.