```
—Mi señora, ¿por qué no viene conmigo y la escoltaré al esclavo que está buscando? —Con una mirada de duda y preocupación en sus ojos, los caballeros de ojos negros que habían acudido en su ayuda antes, se acercaron nuevamente y le rogaron en voz baja, pues podían sentir que la tensión crecía en el interior.
Hazel echó una última mirada al caballero sorprendido que aún la miraba con intención de matar y asintió con la cabeza. Ella no quería comenzar una escena, pero el vampiro la estaba buscando con su boca descarada abriéndola una y otra vez.
—¡Gracias! —susurró mientras asentía con la cabeza y se marchaba con un hombre que tomó un respiro de alivio.
Justo cuando salió de la habitación, escuchó el sonido de cristales rompiéndose y muebles cayendo al suelo.
¿Cómo podían estos hombres llamarse a sí mismos caballeros cuando son tan infantiles? Se preguntaba mientras sacudía la cabeza.
Debió haber sabido que había herido el ego del vampiro, pero él lo estaba buscando.