—¿Por qué... me estás diciendo esto...? —preguntó Ellena de nuevo. Su voz tartamudeó y Marte pudo ver el anhelo en su rostro.
Eso era exactamente lo que él quería al ir a verla en persona para invitarla a venir a la gala real.
—Te lo dije... es porque eres mi amiga —dijo Marte de nuevo—. Realmente quiero que vengas.
—¿Has... pensado en conseguir otra esposa? —le preguntó Ellena a Marte, esforzándose tanto por no sonar insistente o demasiado curiosa—. ¿Te interesa alguna de las hermanas de Gewen?
—No. Son demasiado jóvenes para mí —contestó Marte—. Y son demasiado ruidosas.
—Entonces.. ¿quién? —preguntó Ellena de nuevo—. ¿Tienes a alguien en mente?
—Sí —dijo Marte con una sonrisa—. Por favor ven. Tengo algo que me gustaría anunciar al público y necesito que estés allí.
Ellena sintió que su corazón palpitaba. Sonrió dulcemente y finalmente asintió. —Lo haré. No me lo perdería por nada del mundo.