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Nota:
Este capítulo está dedicado a Maude Fluckiger. Gracias, muchas gracias por regalar otro castillo mágico hoy. Estoy conmovida por tu generosidad. xx
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Edgar soltó un largo suspiro. Las cosas empezaban a aclararse para él. Conocía a Ellena desde hacía mucho tiempo y si quería ser honesto consigo mismo, en realidad podía ver que Ellena había hecho esto a Emmelyn.
Ellena estaba obsesionada con Marte y podría intentar sabotear cualquier relación que él tuviera con otra mujer.
—Oh, Su Gracia... Lamento mucho que eso te haya pasado —Edgar miró a Emmelyn con lástima. Podía entender por qué ella había llorado tanto hoy cuando lo vio.
Debe haber pasado por un infierno durante los últimos meses. Edgar solo podía imaginarlo.
—Entonces, ¿me crees que fui incriminada por Ellena? —preguntó Emmelyn al hombre—. Conoces a ella lo suficiente. ¿Puedes verla cometiendo ese crimen atroz?
Edgar tomó aire profundamente y asintió débilmente. —De hecho... sí, Su Gracia. Lo siento mucho...