—Te escucho —dijo Maxim con una sonrisa. Estaba muy feliz porque finalmente Emmelyn necesitaba su ayuda y quería que él hiciera algo.
Había abierto su corazón antes hoy, antes de que fueran a cenar, diciendo que haría cualquier cosa, incluso movería cielo y tierra para ayudarla. Pero Emmelyn no había hecho una petición específica.
Solo preguntó por qué estaba dispuesto a hacer todas esas cosas por ella. No le había pedido que recuperara Wintermere. No le había exigido atacar a Drae y recuperar a su hija, o lo que fuera.
Estaba listo. Quería hacer algo. Su deseo era su mandato. Solo quería que ella dijera la palabra.
Sin embargo, parecía que Emmelyn todavía estaba pensando en lo que realmente quería. Hasta ahora, solo había mencionado su deseo de encontrar Myreen y conocer a los Leoraleis, y eso era todo.
