—¿No crees que la mujer podría ser devuelta a la vida? —Margueritte miró a Emmelyn intensamente. Su sonrisa burlona se hizo más ancha. Claramente disfrutaba del shock de Emmelyn.
Emmelyn negó con la cabeza. Estaba impactada por la revelación de Margueritte, pero al mismo tiempo, también estaba muy contenta. ¿Qué tan maravilloso sería si la Reina Elara realmente pudiera ser revivida?
Emmelyn no creía que alguien como Margueritte se molestara en mentirle. La bruja no tenía nada que ganar con ello. Si acaso, ella solo encontraba satisfacción en ver a la gente lamentar sus decisiones, como lo estaba demostrando ahora.
Suspiró. ¿Por qué esta bruja era tan excéntrica? Emmelyn pensó tristemente. Si solo Margueritte fuera como la señora Adler, sería tan bueno tenerla como aliada.