Harlow aún dormía cuando llegaron al palacio real. Marte había preparado una linda habitación para su bebé junto a su habitación.
Allí es donde Harlow se quedaría con su nodriza por la noche. Marte podía verla cuando quisiera y Harlow sentiría que su padre siempre estaba cerca de ella.
John se emocionó al ver al rey llegar a casa con la pequeña princesa. Había estado preocupado por Marte y Harlow durante semanas. Ahora, parecía que el estado mental del joven rey había mejorado.
El mayordomo esperaba que Marte poco a poco se recuperara de su desamor y pudiera seguir adelante con la vida, ahora que tenía una hija que lo necesitaba.
—John, mañana tomaré té con mis amigos. Por favor, organiza todo —le dijo Marte a John. El rey explicó brevemente que había invitado a los Greenans, Gewen y Ellena a venir.