El palacio real se volvió muy sombrío después de que Marte recibiera la devastadora noticia sobre Emmelyn. Había una finalidad en ella que le hizo saber en ese momento, que no había tenido suerte por segunda vez.
Esta vez, su dolor y sufrimiento eran tan insoportables que se negó a ver a alguien. Gewen no sabía qué hacer para consolar a Marte.
Pensó que el dolor y la tristeza que Marte mostró cuando se enteró de la muerte de su madre y de Emmelyn hace unos meses ya era malo, pero aparentemente, no era nada comparado con lo que experimentaba ahora.
Si no fuera por Harlow, tal vez Marte ya no querría vivir más.
—¿Por qué iba a vivir? Las dos mujeres que había amado lo habían dejado para siempre. Ellas eran su fuente de felicidad y su propósito en la vida. ¿A quién le importaban su pueblo y su reino? —se preguntó.