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Al ver a Ellena llorar desconsoladamente, seguido de Marte, Gewen también se conmovió. Se limpió los ojos llenos de lágrimas y se unió a los otros dos, llorando por el fallecimiento de la reina.
Después de semanas de contener su tristeza y dolor para sí mismo, finalmente, Marte pudo expresar su pesar abiertamente. Estos dos eran sus amigos más cercanos. Los necesitaba durante los momentos más difíciles de su vida.
Sería perfecto si Edgar estuviera aquí también, pero al menos ahora que tenía a Gewen y Ellena, se sentía ligeramente mejor que si estuviera solo.
Los tres no dijeron nada durante media hora después de haber llorado juntos. Era difícil hablar. Ninguna palabra de consuelo podría hacer la diferencia. La reina había muerto y ninguna cantidad de lágrimas podría traer de vuelta a los muertos.
El té ya estaba frío cuando Marte finalmente pidió a Ellena que se sentara para poder hablar.
