—Oh Dios mío... ¡Lily! Me alegra tanto que hayas venido —fue todo lo que Emmelyn pudo susurrarle a Lily, quien había venido a verla. Se sintió tan conmovida de que Lily hiciera el esfuerzo adicional de asegurarse de que pudieran encontrarse al disfrazarse de criada.
—Lo siento, no pude venir antes. Era un caos afuera. Creo que el rey se ha vuelto loco —dijo Lily con voz ronca. Emmelyn ahora podía notar su expresión angustiada.
Esto también debía ser difícil para Lily porque ella y su familia vinieron a la capital para visitar a Emmelyn por invitación de la reina. Y cuando fueron a la casa de los padres de Athos, de repente la reina fue asesinada.
—Yo no maté a la madre reina —Emmelyn estaba sollozando casi sin hacer ruido. No quería que los guardias de afuera escucharan de lo que estaban hablando. No era común que una criada tuviera una conversación con los nobles.
