—Vamos a casa —le dijo Marte a Emmelyn después de terminar su beso.
Se volvió hacia su madre, quien fingía concentrar su atención en la taza de té que tenía en la mano. —Madre, Emmelyn y yo nos iremos a casa ahora. Volveremos en dos días. Traeré las cosas de Emmelyn para que pueda quedarse en mi antigua cámara antes de que parta hacia Wintermere.
La reina sonrió y palmeó el hombro de su hijo. —Sí, Emmelyn ya me contó cómo quiere que la cámara sea rediseñada y embellecida. Creo que John podrá finalizar todo mañana. Tu cámara estará lista para Emmelyn cuando vuelvas aquí.
—Muchas gracias —Marte besó la mejilla de su madre y se despidió—. Debemos irnos ahora.
—Reina Madre —Emmelyn abrazó a su suegra y también le besó las mejillas.
La reina parecía muy complacida y le dio palmaditas en la espalda. —Ustedes dos deberían descansar y disfrutar de tiempo de calidad mañana.