—Es simplemente lo más lógico a hacer —dijo Marte suavemente—. Ya hemos conquistado el 80% de este continente. Así que, ahora mismo, somos la mayor potencia en Terra. Creo que ya es hora de que mi familia descanse.
Emmelyn sonrió ampliamente, luego giró su cuerpo hacia él, envolvió sus brazos alrededor de su cuello y lo besó profundamente.
—¿Por qué me das el beso? —rió el hombre después de que ella soltó sus labios de los de él—. Agregó, —No me quejo. Solo quiero saber qué puedo hacer para recibir más besos en el futuro... jeje.
Emmelyn se rió a carcajadas cuando lo escuchó. —No... jajaja.. No necesitas hacer nada. Solo sé tú mismo. Te amo.
Marte la atrajo hacia su abrazo y la miró profundamente. Emmelyn pudo ver su rostro reflejado en esos iris dorados mientras sonreía con timidez.
—Gracias —susurró Marte—. Yo también te amo.
Volvieron a besarse antes de acostarse en la cama tomados de la mano. Ya no se sentía tan cansado como antes.