—John, nos vamos ahora. Por favor, informa a mis padres cuando terminen de bailar que Emmelyn no se siente bien y tenemos que irnos a casa ahora —dijo Marte al mayordomo real.
John asintió con respeto. —Transmitiré su mensaje a Su Majestad.
—Bien —Marte se volvió hacia Emmelyn—. Mis padres entenderán. Normalmente no me quedo mucho tiempo en las fiestas.
—Ah, ya veo —Emmelyn no discutió con él. Ella quería irse.
—¿Tienes todo? —Marte le preguntó a Emmelyn cuando la chica se levantó de su asiento.
Emmelyn asintió. No trajo nada más que a sí misma. —Sí.
—De acuerdo, vámonos —Marte tomó su mano y salieron del salón de baile. Emmelyn lo siguió con la cabeza gacha. No quería ver a la reina, a Ellena, ni a todas las demás personas en el salón. En ese momento, solo quería irse.
