—¿Sabes algo sobre la profecía? —Marte repitió su pregunta. Sus ojos estaban fijos en la chica.
¿Sabía Emmelyn algo sobre la profecía? ¿Qué pensaba al respecto? ¿Podría ella ahora entender la razón por la cual su padre parecía ser tan sediento de sangre?
Emmelyn era una chica de mente rápida. No tenía problemas en mentir, aunque se sintió ofendida la última vez que Marte la acusó de mentir mucho.
Creía que no debería mostrar todas sus cartas. Entonces, decidió mentir.
—He escuchado rumores, pero pensé que no era cierto —dijo ella encogiéndose de hombros—. Te dije que cuando viajaba hacia aquí conocí todo tipo de gente. Escuché sobre esto de una de las personas que conocí en el camino.
En el momento, la señora Adler era su secreto. Parecía que la anciana sabía muchas cosas. La mayoría de cosas que le contó a Emmelyn resultaron ser ciertas.