Li Xue miró a lo lejos la figura desapareciendo del abogado Liu en el vestíbulo trasero. Sus ojos mostraban un atisbo de complejidad mientras inclinaba su cabeza una y otra vez con varias reflexiones, recordando cada conversación que había tenido con Feng Shufen esa mañana.
—¿Cuándo tuvo tiempo de preparar todos estos documentos legales? —se preguntó a sí misma, recordando muy bien que fue justo esa mañana cuando le había contado todo. ¿Fue tan rápido organizando las cosas?
Basándose en lo que sabía de él, creía que era capaz de mucho más. Pero aún así, había algo que la instaba a preguntar sobre sus límites.
Li Xue se estaba perdiendo poco a poco en sus pensamientos, parada en su lugar cuando de repente una llamada desde atrás interrumpió sus ensoñaciones.
—¡Hermana Xue!
Era Xiao Meng quien venía corriendo hacia ella después de mucho tiempo. Li Xue también se giró sobre sus talones para mirar a la chica. Sus cejas se fruncieron un poco al ver su estado de pánico.
