—¿Pero no sientes que cuarenta millones es una tentación más grande que nadie podría abandonar? —Li Xue añadió lentamente, haciendo contacto visual con cada una de las personas en la multitud. Sus palabras dejaron a todos confundidos.
Pero había alguien entre ellos que entendió perfectamente la advertencia que la mujer había revelado públicamente.
Fu Guang sintió temblar al escuchar la advertencia. ¡Cuarenta millones! ¿No significaría eso su fin? ¿No solo en la industria sino también en la sociedad en la que vivía? Tan solo pensar en ello le asustaba.
Su rostro se volvió pálido mientras su mirada vagaba con intención hacia la mujer en el micrófono, solo para encontrar su mirada lateral fija en él. Su espina dorsal se tensó bajo su mirada. Aunque no había nada temible en su mirada, aún así no podía evitar sentir miedo en su corazón.
