Al día siguiente,
Zheng Wenting estaba trabajando en su computadora, pero sus pensamientos de vez en cuando se iban hacia Li Xue. Un sentimiento de inquietud se agitaba en su corazón, pensando repetidamente en el giro de los acontecimientos. —No, de ninguna manera dejaré que arriesgue su carrera así. ¿Por qué no puede escucharme solo una vez? —murmuró para sus adentros antes de golpear el teclado con irritación.
Soplando y resoplando, hinchó su pecho, miró alrededor buscando su calma, pero por más que mirara, sus pensamientos no conseguían olvidar la indiferencia que la mujer había mostrado hacia él cada vez.
Si las cosas se arruinaban más, ¿no lo culparía ella aún más? ¿No se volvería más fría con él de lo que ya es? Definitivamente, lo haría, y eso era lo único que lo estaba haciendo perder la calma y la paciencia. No quiere arruinar más las cosas entre ellos. Pero no importa lo que intentara para mejorar, solo estaba aumentando el daño.
