—¿Qué pasó? —preguntó Wen Sying en el momento en que vio a Da – Xia colgando la llamada. Algo en su expresión no parecía correcto. Se levantó para acercarse antes de repetir su pregunta, —Da – Xia, ¿qué sucede? ¿Qué te dijo el personal en la llamada? ¿El señor Han ya se registró para salir del hotel?
No sorprendería a Wen Sying si descubriera que el viejo Han la había engañado con el trato. Pero incluso si la hubiera engañado, no tendría nada que perder en todo esto. Como ella ha dicho antes, al océano nunca le faltan tiburones. Solo necesitaría encontrar otro. Pero lo que la mantenía al borde era la expresión atónita de su gerente, como si estuviera ocupada contemplando algún misterio que había escuchado en la llamada.