Los ojos de Feng Shufen se tornaron fríamente gélidos cuanto más observaba la laptop al frente. Si alguien alguna vez hubiera escuchado en algún lugar que la mirada de una persona podía despedazar las cosas, al ver que la laptop seguía funcionando bien, hubiera dudado de sus propios ojos. Porque la forma en que el hombre enviaba sus miradas penetrantes hacia la laptop era suficiente para romperla en pedazos.
Li Xue también se sentía cada vez más tensa a medida que pasaban los segundos. Estaba sentada al lado del hombre, pero se inclinaba hacia adelante, más hacia la laptop mientras Feng Shufen estaba sentado detrás de ella erguido con los brazos cruzados sobre su pecho.
Aunque no ha visto la expresión del hombre desde hace un buen tiempo, aún podía imaginarla bien en su cabeza, sintiendo la caída de la temperatura del aire alrededor. Tragando los nervios una y otra vez en su garganta, estaba buscando el video uno tras otro.