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—Han pasado 5 años, y aún te has mostrado completamente incapaz de borrar todas las huellas de los acontecimientos de hace cinco años. ¿Ante quién pretendes ostentar tus poderes infundados? Ahora sé bien que simplemente no eres capaz de nada —gritó Zhen Qinrou a todo pulmón, mirando furiosamente al hombre delgado de mediana edad que tenía enfrente.
Se quedó sin aliento mientras resoplaba con sus palabras. Su rostro claro y envejecido ya estaba rojo de agitación, pero su temperamento solo se duplicó cuando sus ojos captaron la sonrisa despreocupada que jugaba en el rostro del hombre. —¿De qué te ríes? Con tu edad avanzada, ¿también te has vuelto senil? —añadió, cerrando el puño sobre el asiento de cuero del sofá en el que estaba sentada.
