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Li Xue solo pudo reírse y rodar los ojos ante la posesividad de su Gran Diablo y Pequeño Diablo —Las travesuras posesivas de ambos son tan similares. Pero no importa, si comienzo con eso ahora, llegaremos tarde. Así que saltemos esa parte y primero prepárense —dijo, mirando a las dos personas con cara de póker al frente.
—Mamá, no somos posesivos. Solo queremos pasar más tiempo contigo ya que es fin de semana —dijo WeiWei, defendiendo tanto a sí misma como a su Ángel Papá.
Pero Li Xue ya los conocía mejor ahora. Asintiendo con la cabeza en señal de acuerdo forzado, parpadeó tres veces y luego, tirando ligeramente de sus labios con una curva, dijo —Creo en tus palabras, cariño, y también creo que los cerdos realmente pueden volar en el aire. Ahora, ven, deja que te refresque y te prepare primero para que luego pueda seguir yo también.
—Pero Mamá...
