Después de conseguir un buen descanso de soledad, Li Xue finalmente tomó su camino hacia Dulce Delicadeza, pensando que su trabajo podría aligerar un poco su ánimo. Pero todo parecía igual en el lugar de trabajo también, sin darle a la mujer el alivio que necesitaba para mejorar su estado de ánimo. Aunque estaba en el lugar más colorido, su entorno se sentía sin color a una distancia de 30 centímetros de ella.
El sonido de la risa llegaba a sus oídos, pero ella no podía sentir la alegría alrededor. Podía ver el entusiasmo en la cara de las personas, pero no podía sentirlo debido a la confusión en su corazón. —¡Arghh! Este Señor Belcebú lo ha arruinado todo para mí. ¿Por qué me siento así? ¿Estoy enferma? ¿Debería visitar al médico una vez más? —se dijo a sí misma mientras se ponía las manos en la frente para comprobar su temperatura.
