Li Xue nunca esperó que su camino se cruzara con este hombre tan pronto. Miró sus ojos, que aún tenían la misma luz que antes. Por un momento, fue atraída por ellos bajo la influencia de los dulces recuerdos que una vez tuvo con él.
Pero al siguiente segundo, llegaron las voces estridentes de acusaciones que le recordaron que su pasado tenía recuerdos más oscuros que esos dulces momentos. Sus dulces recuerdos eran como una aguja que cayó en un enorme pajar.
Ella miró al hombre y lo reconoció con su verdadero rostro. Este era el hombre en quien más confiaba. Pero en el momento en que era su tiempo de confiar en ella, él no estaba por ningún lado. Él era el único de quien estaba segura que recibiría apoyo, pero nunca pensó que eso sería solo un mero deseo.
No quería pensar de nuevo en todos esos recuerdos dolorosos. Es mejor ser indiferente tanto a los recuerdos como a las personas que son responsables de ellos.
Apartando todos sus recuerdos con él, ella dijo con un tono indiferente que trazó una línea de extraños entre ellos —Gracias por cuidar a mi hija.
Al oír su tono indiferente dirigido hacia sí mismo así, el hombre que aún hacía su mejor esfuerzo por creer en ella frente a sus ojos también volvió a la realidad —¡Li Xue! ¿Eres tú de verdad? Nunca pensé que nos encontraríamos de nuevo aquí. ¿Cómo has estado?
Había algo que quedaba sin decir en sus ojos mientras la miraba y luego su mirada se deslizó hacia la niña.
La niña también lo miró con una sonrisa pero esa sonrisa no fue correspondida. Él todavía la miraba como si conectara las coordenadas de la niña y Li Xue en el papel cuadriculado de la vida.
—Creo que las coincidencias sí ocurren en la vida real. Estoy bien y feliz en mi vida actual. Gracias por preguntar —respondió y luego acarició la cabeza de Li Wei.
No pudiendo controlar su curiosidad, él preguntó, mirando sus gestos tiernos hacia la niña —¿Y ella es?
—Ella es mi hija —respondió sin ninguna vacilación. Era como si se hubiera acostumbrado al hecho de que la opinión de la gente ya no la afectaría más.
La expresión del hombre cambió instantáneamente.
Dirigió la mirada a su hija y le preguntó —Li Wei, saluda al tío Wenting. Él fue una vez compañero de clases de mamá.
La niña miró a su madre y luego asintió. Después, mirando al hombre, dijo de manera muy educada, inclinando la cabeza, dando el mejor ejemplo de buenos modales —Hola, tío Wenting. Li Wei se disculpa por ser un poco impertinente antes.
Zheng Wenting miró a la niña aún sin poder asimilar el hecho de que ella era la hija de Li Xue. Pero de nuevo, la forma en que hablaba era toda como ella, solo que no había similitudes faciales entre ellas.
Miró a Li Xue. Se había vuelto más delgada desde la última vez que la había visto, pero aún era tan encantadora como antes. Su sonrisa, que antes era como un sol deslumbrante, ahora se había vuelto muy suave y gentil, con un aire de madurez y tranquilidad.
Aunque todavía parecía la misma, él sabía que había pasado por muchos cambios. Podía sentir esos cambios en ella.
Li Xue también lo miró pero sus ojos eran realmente indiferentes, como si de verdad hubiera sido solo su compañera de clases en el pasado. Cuando sintió que ya no iba a salir nada más, asintió con un pequeño gesto de agradecimiento y avanzó sujetando suavemente las manos de la pequeña niña, con la intención de marcharse.
Su hija ya estaba con ella y no necesitaba a nadie más aparte de ella. Pero de repente, él agarró su muñeca.
Lavantó la vista hacia la expresión facial de Wenting. Era dura, con sus ojos relampagueando furiosos hacia ella, —Li Xue, ¿qué diablos estás diciendo? No me digas que ella es tu hija de aquel escándalo.
Li Xue le devolvió la mirada con igual furia, advirtiéndole con sus ojos. 'No te atrevas a decir otra palabra después de esa'.
Y una mirada de esos ojos relampagueantes instantáneamente le hizo soltar su agarre en su muñeca. —Zheng Wenting, no recuerdo haberte dado ningún derecho para hablar en mi vida. Así que solo mantén tus límites. Y también ten en mente una cosa, cuida tus palabras cuando estás frente a un niño—. Sus ojos se volvieron hostiles mientras la miraba.
—Ahora si todo está claro, entonces déjame ir. No querrás ser fotografiado con una mujer como yo y yo no quiero aparecer en los titulares de las noticias de mañana—, dijo con una sonrisa que se burlaba de su existencia.
Ella realmente lo desprecia. Y sus palabras de hoy nuevamente le dieron una buena razón para sostener ese sentimiento.
En ese momento, Li Xue notó a alguien detrás de él. Una chica alta y hermosa estaba parada detrás de ellos, mirándolos sorprendida.
—Creo que deberías prepararte para explicarte a tu novia ahora—, dijo mientras dirigía su barbilla hacia la mujer que estaba de pie detrás. Zheng Wenting también se volvió para mirar por encima de su hombro y sus ojos se llenaron de culpa.
Li Xue también notó su expresión cambiante. No pudo contener su risita. Susurrando lentamente cerca de su oído le dijo, —Si quieres puedo explicarte y explicar esta situación delante de ella. De esa forma, no habrá manera de que ella todavía me considere superior a sí misma. Después de todo, ahora se ha convertido en la top model de nuestro país—. Sus labios se curvaron en una satisfecha sonrisa burlona dirigida al hombre y a la mujer que estaban parados delante de sus ojos.