—Jeje... Tío Lindo, si no es por tu ropa, ¿entonces por qué razón estás llorando? —preguntó la Pequeña Li Wei mirando a Qi Shuai.
—Por supuesto que estoy llorando por mi helado. Ahora está todo arruinado. ¿Qué voy a comer ahora? Todos tienen su parte mientras que mi helado está... —dijo, hizo una pausa y luego se giró para mirar a su amigo.
—Shufen, somos amigos, ¿verdad? Y justo ahora la pequeñaja ha dicho que compartir es cuidar. Vamos, dame tu parte del helado. Quiero comerlo. Vamos, dámelo. Lo estoy deseando y además tú nunca has tenido gusto por los dulces, así que será mejor si yo lo tengo en lugar de ti —dijo mientras se lanzaba hacia adelante para arrebatarle el vaso.