Qi Shuai sintió como si la Tierra hubiera empezado a girar en dirección horaria, yendo completamente en contra de su naturaleza cuando vio esa esporádica suave sonrisa en los labios de Feng Shufen. Simplemente no podía creerlo. Podría apostar que era la primera vez que lo veía así.
Por un momento, pensó que era su ilusión cuando no encontró ninguna reacción especial de sorpresa en la cara del conductor. —¿Acabo de alucinar o ese hombre diablo realmente sonrió hace unos momentos? —preguntó al conductor.
Pero no hubo respuesta. Qi Shuai suspiró para sus adentros. 'Este hombre realmente tiene un montón de gente leal a su alrededor. ¡No dan ninguna información!'
—Oye, sé que no tienes permitido decir nada sobre tu jefe, pero yo no soy nadie. Vamos, dime rápido... ¿fue real o solo fue un figmento de mi imaginación? —preguntó, aguzando el oído para obtener una respuesta.